Donde el corazón se rinde y el cielo desciende.
Cuando adoramos, el cielo toca la tierra.
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
— Juan 4:24



Cuando adoramos, el cielo toca la tierra.
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
— Juan 4:24

Cuando adoramos, el cielo toca la tierra.
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
— Juan 4:24


